Ciudades
El Nobel criticó a gobernantes y también a quienes votan "muy mal"
Mario Vargas Llosa. En su conferencia defendió la cultura y criticó duramente a Hugo Chávez y Evo Morales Dijo que Argentina es "un país indescifrable" Alertó sobre el narcotráfico y la corrupción
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PUNTA DEL ESTE | RAÚL MERNIES
"Esta charla quiere fundamentalmente subrayar la importancia de la cultura, para que una sociedad sea verdaderamente democrática y libre". Así presentó Vargas Llosa su conferencia de casi una hora ayer en Punta del Este.
El empeoramiento de la educación pública, la amenaza del narcotráfico a la institucionalidad, y las equivocaciones que -con derecho- cometen los pueblos al elegir sus gobernantes fueron algunos de los temas que abordó el escritor peruano en su charla para el grupo financiero Julius Baer, a quien le atribuyó -con humor- "influencia" ante la Academia sueca para que le dieran el Premio Nobel de Literatura.
"Una ciudadanía díscola es una ciudadanía que es muy difícil de ser engañada y embaucada por cualquiera de las manifestaciones del poder. Desde el punto de vista de la democracia debemos difundir la cultura, el espíritu crítico. Una sociedad se desarrolla extraordinariamente cuando los ciudadanos son cultos", sostuvo, ante un auditorio de empresarios y ejecutivos y casi ninguna figura del gobierno uruguayo.
El eje de su discurso fue América Latina: "Haciendo las sumas y las restas, la situación de América Latina en nuestros días me parece positiva y mucho mejor que la de antaño", aseguró.
Criticó, sí, con dureza a algunos gobernantes, como Hugo Chávez y Evo Morales, de quienes dijo que encabezan democracias "relativas y caricaturales". Pero responsabilizó a los electores: "¿Qué les pasó (a los venezolanos) para votar por un comandante que se había sublevado contra un gobierno constitucional y contra un estado de derecho?", se preguntó.
"En nuestros países, por desgracia, hay una profunda cultura autoritaria que viene de muy lejos y eso es algo que tenemos que reconocerlo si queremos vencerlo y superarlo", dijo. A Venezuela la catalogó como "en una situación catastrófica" y de Bolivia dijo que "Evo Morales está destruyendo sistemáticamente" el país.
Esas serían las "restas", que incluyen, además, la situación de Nicaragua que "apenas puede ser llamada democracia"
Entre las "sumas", expresó que "hay un fenómeno muy interesante y novedoso respecto al pasado, tenemos una izquierda y una derecha, que creen en la democracia, por lo menos actúan como si creyeran en ella. (...) Esa es una extraordinaria transformación. Hay sectores muy amplios de la izquierda que hoy son una garantía democrática y hay también una derecha democrática, que ya no cree que los militares deben resolver los problemas políticos de los países, sino que defienden el estado de derecho, defienden las instituciones democráticas, y están llevando a sus países a unos índices de crecimiento muy notables".
Entre los temas claves para mejorar la situación en los países de la región subrayó que es imprescindible apuntar a la corrupción -"nada desmoraliza tanto a una sociedad"-, la necesidad de cambiar el carísimo esquema represivo por uno preventivo para frenar el empuje económico del narcotráfico, y el imperativo de "difundir la propiedad si queremos tener democracias verdaderamente sólidas".
Tras la conferencia, reiteró respecto de la Argentina algo dicho en otras ocasiones: que le parecía "un país indescifrable", que no entendía cómo un pueblo que tuvo a hombres como Domingo Faustino Sarmiento y Juan Bautista Alberdi -éste último para él "uno de los pensadores más importantes de América Latina"-, pudo elegir un gobierno como el que tiene. "Es un galimatías: no termino de entender cómo votan así y cuando mis amigos argentinos tratan de explicármelo, me confunden más". El gobierno de Cristina Fernández "todavía no consigue fortalecer sus instituciones como lo han hecho otros países latinoamericanos, Brasil, Uruguay o Chile", dijo a El País.
También opinó que Brasil se equivocó al intentar una negociación paralela con Irán sobre el programa nuclear que desarrolla el régimen islámico y que esos errores se pagan. El integrismo islámico es, para Vargas Llosa, el principal enemigo de la democracia en el mundo.
URUGUAY. "Tengo un concepto muy positivo de la democracia uruguaya. Creo que es una realidad y la he comprobado. Eso habla muy bien de la sociedad uruguaya y desde luego deseo que esta democracia se vaya fortaleciendo cada día más", dijo Mario Vargas Llosa a El País luego de ser condecorado por el Círculo de la Prensa del Uruguay con el premio "José Enrique Rodó" 2011.
LOS HOMENAJES. "Estoy muy agradecido por este reconocimiento tan generoso que me hacen los periodistas uruguayos. Lo recibo con la modestia del caso y también como un mandato de rigor de honestidad, de esas virtudes que son fundamentales para que una prensa libre cumpla su función. Me conmueve mucho que sea un premio que tenga que ver con el oficio del periodismo, el que he practicado desde que era muy joven, casi un niño. Tenía 16 años cuando subí las gradas vetustas ya del diario La Crónica de Lima a hacer mis primeras armas de periodista, y desde entonces nunca he dejado de ejercer esta maravillosa profesión, a la que yo debo experiencias que han sido riquísimas para conocer mejor mi país, para conocer mejor la vida humana y que muchas de ellas ha sido materia prima de mi trabajo de escritor de ficciones", dijo al recibir el premio Rodó.
Vargas Llosa también fue homenajeado por el Municipio de Punta del Este y recibió del alcalde Martín Laventure la distinción de Visitante ilustre.
"Este reconocimiento me hace de manera simbólica ciudadano de esta bellísima ciudad, una ciudad uruguaya, desde luego, pero también americana y cosmopolita. Pocas ciudades del mundo pueden preciarse de tener una población tan diversa, de congregar a hombres y mujeres provenientes de geografías y culturas tan distintas", y agregó, con una sonrisa, ante unas 60 personas: "No me extraña, el lugar no puede ser más bello".
Aunque desde que ganó el Premio Nobel su agenda esta cargada de premiaciones, reconocimientos y homenajes, Mario Vargas Llosa dijo a El País que siempre se hace un tiempo para escribir. "Mis horas de trabajo las defiendo con uñas y dientes. Es lo que organiza mi vida, lo que me da un sentido, así que mi trabajo sigue siendo siempre lo primero", afirmó.
"La inmensa impresión" del Uruguay de 1966
R.M. | El Nobel recordó su primera visita a Uruguay, en 1966. "Siempre he recordado la inmensa impresión que me causó venir por primera vez al Uruguay. Tenía la impresión de no estar en América Latina, llena de dictaduras militares, y este era un país democrático. Mi sorpresa fue enorme al ver en las calles carteles del Partido Comunista que celebraba un congreso. La palabra "comunista" provocaba terror y represalias en todo el continente, y aquí los comunistas coexistían con los otros uruguayos sin traumas ni temor", dijo el escritor en diálogo con El País, elevando su voz.
"Recuerdo la impresión que me dio ver la riquísima vida cultural que animaba al Uruguay: los teatros, la experiencia de ver por primera vez El Galpón, la impresión que me dio leer la prensa uruguaya, tan bien escrita y diagramada, y la importancia que tenían en las páginas de los periódicos y de los semanarios las actividades culturales", recordó. Mencionó "a Emir Rodríguez Monegal, Ángel Rama, Benedetti, Idea Vilariño, a la que descubrí como una gran poeta y a la que conocí muy brevemente. Eran años en que Uruguay representaba un ejemplo, y era la excepción a la regla: un enclave de democracia, de libertad, de vida cultural, para toda América Latina".
"No pude hablar"
La ministra interina de Educación y Cultura, María Simon, se retiró molesta del acto en que Vargas Llosa fue homenajeado. "No me dejaron hablar", dijo Simon cuando se retiraba del salón Caribe del Conrad minutos antes que finalizara el acto. Simon fue la única integrante del Poder Ejecutivo que asistió para unirse al reconocimiento del Círculo de la Prensa y del municipio local.
Frases de la conferencia
"La democracia permite a los pueblos elegir, pero eso no significa que los pueblos a veces no elijan mal, y a veces muy mal".
"Tenemos unas izquierdas que aceptan el mercado, que aceptan la disciplina fiscal, que alientan las inversiones, que en lugar de practicar la receta populista del desarrollo para adentro, abren sus fronteras, quieren exportar".
"El gran problema que tenemos los latinoamericanos para combatir eficazmente la corrupción es el desapego a la ley".
"Si no paramos con el narcotráfico es muy posible que acabe con la democracia y que empiecen a surgir narco-estados".
"La gran paradoja es que en muchos países la educación pública está en manos de sindicatos de extrema izquierda que conspiran contra todas las medidas que tienden, justamente, a elevar el rendimiento de la educación".
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