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Date: Wed, 28 Jul 2010 05:39:28 +0200
Subject: Envío Nº 35/2010/ANNHA
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Enemigos de la Razón Humana"
Sufrimos los mismos males y venimos de la misma historia.
Escribe Julio Martino de
colores, aromas y sabores, de ciudades y de amores.
Enemigos de la Razón Humana
KONRAD LORENZ, MASÓN, NAZI COMPUNGIDO, PREMIO NOBEL, ZOÓFOBO Y REFERENTE IDEOLÓGICO DE LA DERECHA CABALISTA
Inauguramos esta sección de breves "alertas sanitarios" sobre un nuevo artilugio de los enemigos de la Civilización Occidental empeñados en sumir a nuestros pueblos en la globalización esclavista: el trasbordo ideológico. Los enemigos de la humanidad no se limitan a atacar directamente todo lo honrado, espiritual y solidario que define nuestra alma colectiva, sino que además promueven una confusión ideológica dosificada para consumo de imberbes y/o mentalmente indigentes incapaces de distinguir la sana doctrina de los productos adulterados. En resumen, combinan una acción frontal con una reacción estéril y contraproducente.
Aquí encontrará el lector el prontuario de algunos de los operadores de ese programa.
La serie se inicia con Conrado Zacarías Lorenz, que con Evola y Guénon forman el triángulo de grandes maestres de una "nueva derecha" cultora de esa "tradición" que a sus súcubos oculta que es la de los escribas y fariseos, la del Sanhedrín que condenó a Jesucristo, en la certera expresión de los hermanos Lehmann. Una teoría jamás demostrada (e inverosímil) sobre una supuesta dimensión esotérica de la Tradición genuina, a la que solo accederían los sumos iniciados en las obscenas tenidas de las logias (vide Léon Meurin, Ed. Nuevo Orden, Bs.As.) envuelve a los "puros" (cátaros), a los elegidos, en las brumas de una estúpida soberbia, en la embriaguez de su inexistente superioridad sobre los "vulgares" individuos que cultivan virtudes heroicas y dan la vida por "la cosa solemne " que decía Claudel.
Espeso misterio moral y psicológico el de los adeptos de esta neo-derecha que nos hartan proclamando "valores" y como paradigma de meta tan elusiva (¿en qué consisten esos "valores"?) nos presenta a un masón confeso como Lorenz (entrevista concedida a CEDADE, Barcelona), "camisa vieja (parda)" del Partido Nacionalsocialista de Hitler –al que se afilió después del Anschluss, por aquello de la prudencia—en cuyo expediente de solicitud de carnet partidario proclamó la identidad de sus teorías científicas con la ideología NS, y asegura que "el Volk y la raza son todo, el individuo es prácticamente nada" (excediendo así --con radicalismo sospechoso de obsecuente adulonería-- las propias doctrinas etnicistas del nuevo gobierno alemán (vide "Le Droit et l'État dans la Doctrine National-Socialiste", Roger Bonnard). Ese Lorenz que hecho prisionero como recluta de la Wehrmacht por el Ejército Rojo, es generosamente autorizado por la NKVD a pasar su cautiverio, no picando carbón en Vorkuta, destino previsible para un nazi militante, sino escribiendo un tratado sobre sus teorías eugenésicas, que sus custodios no consideran punibles con el rutinario tiro en la nuca, sino que estudian con interés, y permiten a su autor llevarse consigo al ser repatriado a Austria. Llegada a la cual, Lorenz, natural y lógicamente, se retracta urgentemente del "horror" (sic) de la ideología a la que había prestado su nombre con delirantes y sumisas palabras, y recibe el Premio Nóbel de las marxiplutocracias occidentales que, como sabe el lector, no actuaron con tanta benevolencia con los intelectuales que real o imaginariamente simpatizaran con los vencidos (Hamsun, Pound, Brasillach, Wodehouse…la lista es interminable). En verdad, la fidelidad a las ideas y el asco por el oportunismo venal no parecen figurar entre los "valores" de los "nuevos derechistas" discípulos de Lorenz. A no ser que esos "valores", cuyo catálogo nunca se explicita, consistan en ese "radicalismo oportunista" que mentaba el "hermano" Marcelino Domingo.
Tampoco excita la infinita capacidad deglutiva (las amplias tragaderas) de los neoderechistas el hecho sospechoso de que la Polonia comunista no haya pedido la extradición de Lorenz para juzgarlo como criminal de guerra por sus estudios sobre la redimibilidad de los polacos nórdicos en comparación con los de cepas étnicas menos "valiosas".
¿Quizá todas esas aristas no explicadas de este pensador políticamente plurivalente al que los amos del mundo toleran y premian, no empañan sus virtudes a los ojos de los neoderechistas porque se trataría de un eminente científico a quien hay que perdonar algunos pecadillos? Para responder, examinemos en qué consiste el legado de Lorenz al saber humano.
Creador de la "Etología", que su discípulo Rodolfo Tálice -- masón y comunista -- propagó en Sudamérica, Lorenz se afilia al evolucionismo, acepta como dogma lo que Darwin, más honesto, jamás presentó sino como tesis no comprobada, y sostiene que debemos a otro bípedo como nosotros, el ganso, --del que sólo diferimos por nuestra falta de plumas y una evolución un poco más acelerada que la de esa ave de corral- la excelente virtud de la agresividad, motor –enseña Lorenz-- de una evolución que sin ese carácter violento innato en el gris palmípedo, quizá nos hubiera dejado anclados en el estadio primitivo de nuestros antepasados graznadores e insectívoros.
Como quiera que la agresividad, es decir la tendencia a la violencia y al odio como fin en sí mismo, no es atributo de ningún animal --sino exclusivamente del hombre moralmente debilitado— y por tanto las afirmaciones de Lorenz agravian cobardemente a nuestros compañeros de la creación, la solvencia de Lorenz como científico ha sido cuestionada por colegas de indiscutida jerarquía intelectual; críticas que Lorenz intentó eludir con un nuevo dribbling de su personalidad bisagra: injertando un libre albedrío estilo kantiano en un escenario en que según sus premisas sólo tenía cabida el instinto ciego.
Quizá la admiración que la personalidad de Konrad Zacharias despierta en la nueva y efímera derecha política se explica por la significación que en su obra tiene el animal ganso y la conducta que caracteriza a esta ave, la gansada. Especie viviente y conducta que sin ser expertos en Etología, vemos abundantemente representadas en las huestes neoderechistas.
J. de Olarte
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Un texto de Onésimo Redondo
NUESTRO GESTO
Derechas, Izquierdas.
He aquí los polos, alrededor de los cuales gira la actividad electoral. Y ahora, más que nunca, se evidencia la impresión y vaguedad de ese absurdo encasillado político. ¿Hasta dónde llega la derecha? ¿Hasta dónde la izquierda? ¿Dónde termina una y dónde comienza la otra?
Frente a estos rígidos moldes de política decimonónica, la juventud nacional toma una postura de franca y legitima rebeldía: ni derechas, ni izquierdas. No queremos saber de eso.
Si por derecha, se entiende espiritualidad, nosotros somos derechas. Y presentamos brillante historial de catolicismo auténtico, práctico, no rutinario, juvenil, enérgico y sentido, no topicista. Si por derechas se entiende, táctica diferencia del capital o burgués, reducto de ambiciones liberal conservadoras, baluarte de apetitos pequeño-burgueses, nosotros somos izquierda, nosotros somos revolución. Si por izquierdas, se entiende, beocia demagógica, motín populachero, destrucción y anarquía, nosotros somos derecha, propugnando un nuevo orden constructivo.
Si por derechas se entiende, conservadurismo beato, sensiblería blandengue, derrotismo legalista, nosotros somos izquierda.
Cae, pues, por su base, el tinglado de la actual política No nos vaciamos en sus viejos moldes. Ello explica, la actitud quizá agria, pero noblemente rebelde, que hemos adoptado ante la próxima batalla electoral.
Nosotros, no podemos seguir siendo "los cuatro exaltados derechistas", que pegan pasquines, escriben letreros en jornadas nocherniegas, y reciben las tortas que en la calle se pierden, mientras los "pacíficos" burgueses toman el aperitivo en el Casino, o cotillean en cualquier tertulia política. Se les ha acabado el juego.
Desde ahora, marchamos solos, pocos o muchos, sin necesidad de andadores. Queremos emanciparnos, porque tenemos fe en nuestra idea.
Ni derechas, ni izquierdas. Somos jonsistas.
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Escribe Julio Martino
Hispanoamérica y España:
Sufrimos los mismos males y venimos de la misma historia
Si España pudiera mirarse en los ojos de Hispanoamérica,
se vería reflejada a sí misma. Vería en aquellas ciudades sus propias ciudades, con sus mismas gentes y sus mismas tradiciones. En los olores, en las palabras, en los sabores, en la mezcolanza que se acunó en mil amores.
La más masculina raza de Europa preñó a la más bella doncella que flotaba entre dos aguas. Sólo podría haber sido España. Y esa sangre que sembró mi "Madre Patria" se desbordó en los ríos, subió hasta las montañas, creció palmo a palmo en las sierras, nutrió la tierra y parió una raza.
Belleza mexicana que delata la sangre hispana.
Y ese amor que llevó a aquellas tierras España, fue el más grande de los amores, con la Cruz y con la Espada. Y les donó a aquellos pueblos una Fe y una Palabra. En el más bello idioma que sus oídos escucharan. Qué castiza y qué hispana se hizo esa palabra… Y se bautizaron varones y se bautizaron muchachas.
Se fundaron ciudades, ciudades españolas en aquella Nueva España. Y de Castilla La Mancha, arribó Guadalajara, la fundó Nuño de Guzmán a la "Perla Tapatía", fue en 1532 y ahí quedo sembrada en México que también es tierra mía.
Y de tierras murcianas llegó a tierras del Caribe: Cartagena, para llamarse desde entonces de las Indias, la fundó Rodrigo de Bastidas en 1533, hoy es una joya colombiana que le dejó bordada España.
En 1541 sentó Santiago una plaza, fue en el medio de Chile, primero llamada Santiago de Extremadura, la fundó Valdivia en honor al patrón de España y con ello le brindó al largo país andino el más bello nombre de varón con que pudiera nombrarla.
Y también arribó Valencia y lo hizo de española, engalanó Venezuela por tierras de Carabobo, la fundó Don Alonso Díaz Moreno en 1555.
No podía faltar Andalucía, se hizo presente con Córdoba y fue en 1573, la trajo Francisco de Aguirre y la fundó en Argentina, la llamó para siempre Córdoba de Nueva Andalucía
Fundación de Córdoba en Argentina.
España es Hispanoamérica y ésta es España. En los sabores y en el idioma todo creció, todo se amplió, pasó a ser más cada cosa.
El "chicharrón" castellano se multiplicó como los panes y los peces, y se hizo presente por todas partes, con un estilo aquí y otro
por allá. Los callos madrileños se volvieron "buseca" en Argentina y Uruguay y "pancita" en México. La tortilla la hueles por los
Buseca "rioplatense", nieta de los "Callos madrileños".
Y qué hablar de nuestro idioma en común, quizás la más bella herencia de España, porque es el idioma más bello. Hablar español
nos distingue para amar y para guerrear. No hay idioma que iguale nuestras palabras de enamorar, sea en prosa o en poesía:
¿Cómo hacer si no, para conquistar tan bellas mujeres como las nuestras?
Y si se trata de enfrentar, no hay palabras más duras, más profundas, más dolorosas que las que sabemos empuñar.
Pero nos une algo mas, quizás lo más importante: una herencia en común, una fe, una moral, una creencia en valores inalterables.
Una civilización y un credo. Una cultura, que levantó catedrales y universidades.
Santiago de Chile, una ciudad más, parida por Santiago de Compostela.
Es común escuchar hablar de países anglo-sajones. Pero nunca se dice "países españoles". Es un deber que nos adeudan centurias de repliegue liberal y masónico.
Hay una región española, hay una cultura española, hay un idioma español y hay una tradición española. Los países hispanoamericanos son países "españoles", ni latinos, ni americanos a solas: Españoles.
No somos parecidos, somos lo mismo, por ello nos pasan desgracias y venturas parecidas.
Los ejércitos hispanoamericanos nacieron en un parto desgarrador de lucha con su madre. Son hispanos por estirpe, por honor y por bravura.
Nuestros muchachos y nuestras muchachas sienten y piensan en el mismo idioma, en las mismas creencias y son miserablemente, desoladoramente engañados de la misma forma.
Sufrimos la misma agresión, hay un embate por cambiar nuestras creencias, nuestras tradiciones y nuestra historia.
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