Publicado
Date: Sun, 23 Jun 2013 20:20:12 -0300
Subject: Patria Libre está en la calle. Nº 7. Invierno 2013.
From: patrialibreoriental@gmail.com
To:
Sumario:
Editorial: - Resistir el saqueo. Defender la soberanía.
Tierra: - Una historia preocupantemente repetida, por Confederación de Pueblos Costeros.
Para comunicarse: patrialibre@adinet.com.uy
Los avances de los pulpos multinacionales atacan nuestros bienes comunes. Los que nos brinda la naturaleza y los que hemos construido por generaciones con el esfuerzo de nuestro trabajo. Atacan nuestro presente condenando nuestras posibilidades futuras de construir un país independiente.
La dimensión del problema nos obliga a salir del debate abstracto sin perspectivas y colocar en el centro de nuestras preocupaciones una caracterización correcta de la situación y la búsqueda de las salidas posibles y necesarias.
La actual correlación de fuerzas nos obliga a pensar el futuro inmediato en clave de resistencia. Resistencia al saqueo que sufre nuestra patria hasta poder avanzar hacia la conquista y consolidación plena de la soberanía nacional. Hacia esto habrá que acumular. La soberanía como objetivo y como prerrequisito indispensable para poder pensar en términos de posibilidad la sociedad que el pueblo deberá construir.
Para alcanzar un proyecto de tal envergadura, con esperanzas reales de vencer, no de tertuliar sobre lo que debería ser, se requiere la concurrencia de todas las fuerzas nacionales, de todas las que se expresan en estos objetivos.
Para ello será imperioso poner en pie un amplio movimiento nacional que permita la confluencia de estas fuerzas. Ese es un desafío de la etapa. Es el gran instrumento estratégico que nos está faltando.
Movimiento que recoja las necesidades sentidas por todos para darle proyección nacional a las soluciones especificas. Que escarbe en los elementos comunes y, respetando las particularidades, recoja todo lo positivo de cada uno para que con ello aporte a este proyecto de envergadura nacional.
Su construcción no es cuestión de declaraciones. Será producto de un esfuerzo militante que apoye sus perspectivas en los antecedentes históricos nacionales compartidos por nuestro pueblo y en las grandes urgencias nacionales de la hora: resistir el saqueo y conquistar la soberanía nacional.
Estas tareas de la hora deben avanzar hacia el futuro apoyándose en la experiencia histórica en la que se vio surgir una patria libre sobre esta tierra: el artiguismo. Artiguismo como bandera común que nos unifica a las grandes mayorías, y lo hace desde la posibilidad de que los orientales podamos poner en pie una proyecto de nación con horizonte latinoamericano, donde el pueblo sea dueño de su destino.
¿Cuál es el origen de dicha frustración?
En primera instancia debemos señalar el predominio de propuestas con un total divorcio de nuestro medio.
Caracterizadas por una mentalidad extranjerizante, despreciativa de todo lo genuinamente nacional y por lo tanto popular, son propuestas sin sujeto para actores solo concebibles en el cálculo dogmático, pero incapaces de traducirse en propuesta para el compatriota de carne y hueso que suda, sufre y crea en nuestro país.
Coloniaje cultural resultado y complemento de una economía enajenada al capital imperialista extranjero.
Lo que implica un divorcio de las mayorías populares que constituyen el elemento fundamental de nuestra realidad nacional.
Cuando la neocolonia en la economía va acompañada de un pensamiento colonizado la normalidad de la dominación está generalizada.
Pero cuando se desarrolla el pensamiento nacional, la conciencia nacional y el sentimiento nacional en el seno del pueblo, entran en colisión con la estructura neocolonial, la hacen insostenible.
El pueblo no podrá convivir con el régimen que lo domina.
Si desplegamos ese trabajo político se irán ampliando las condiciones para el crecimiento del movimiento nacional.
Mientras tanto, pseudointelectuales pretenden ser referentes de lo micro como testimonio folclórico pero impotentes para la transformación. Hablan de la resistencia popular pero se alarman cuando esta toma un carácter nacional, hacia diversos sectores sociales o directamente hacia lo político.
Cuando los pueblos salen del reflujo de los 90 y se proponen plantarse como fuerza beligerante pretenden desesperadamente que la resistencia se mantenga reducida al micro-espacio original y no se proyecte con posibilidades de victoria.
En definitiva, pretenden que la resistencia popular se desarticule con cada actor limitándose a su parcela.
Magnificando las posibilidades de las relaciones sociales que se pueden construir en el territorio cuando estas son, en realidad, determinadas por las relaciones de dependencia dominantes.
Entre el trabajo territorial aislado para un actor considerado autónomo y el trabajo territorial como parte de la acumulación del pueblo para su liberación nacional está la diferencia entre los que no aspiran a quebrar el sometimiento y los que apuestan a la victoria definitiva de nuestro pueblo.
En el salto de lo reivindicativo a lo político, en la construcción de un proyecto nacional, con una profunda y extendida base social, está la clave del triunfo de la lucha popular.
Porque base social no es limitación a lo reivindicativo si no base social de un movimiento nacional, cuerpo y esencia del mismo.
Es necesario de manera consiente ir sentando las bases para la unidad nacional (por la liberación nacional).
Expandiendo el pensamiento nacional y contribuyendo a la confluencia tras un proyecto común. Sentando la base social del proyecto nacional.
Lo local (si no se proyecta hacia la lucha nacional) debilita objetivamente la capacidad de oponerse a los dominantes y subjetivamente la posibilidad de concebir la certeza (o simplemente posibilidad) de un cambio de fondo.
Vivimos en un régimen neocolonial caracterizado en el tiempo presente por su forma predominante: el saqueo extractivista.
Sin solucionar esto con soberanía nacional todo lo demás son castillos en el aire.
La concentración y extranjerización de las riquezas solo se frena con resistencias nacionales.
No se puede hablar de institucionalizar la vida social porque es atarla a las estructuras del propio régimen neocolonial, no se puede hablar de limitar las construcciones a lo micro porque es fragmentar la resistencia.
Es necesario crear las condiciones para que un proyecto nacional emancipatorio se transforme en un proceso real, y esto solo es posible cuando lo abraza el pueblo. Para ello será necesario ir generando las condiciones para desarrollar un movimiento nacional que viabilice esa confluencia.
Asumiendo las necesidades y sentimientos más genuinos de nuestro pueblo, habrá que recoger todos los ricos antecedentes de nuestra historia que identifiquen a nuestro pueblo con los desafíos del presente, y nos proyecten, a los orientales, con paso seguro y victorioso hacia el futuro.
Date: Sun, 23 Jun 2013 20:20:12 -0300
Subject: Patria Libre está en la calle. Nº 7. Invierno 2013.
From: patrialibreoriental@gmail.com
To:
Patria Libre
Nº 7 Invierno 2013
Nº 7 Invierno 2013
Sumario:
Editorial: - Resistir el saqueo. Defender la soberanía.
- El movimiento nacional y su base social.
Tierra: - Una historia preocupantemente repetida, por Confederación de Pueblos Costeros.
- Tierra y soberanía, por José Rocca.
- Razones de una lucha IV, por Julián Cabrera.
Barrial: - El Parque automotor crece y lo pagamos todos aunque andemos a pie.
Barrial: - El Parque automotor crece y lo pagamos todos aunque andemos a pie.
- Campamento particular se destaca por armonía ejemplar.
Educación: - "La educación pública, la vuelta a la calesita y la defensa de la soberanía".
Patria Grande: - Entrevista exclusiva a Juan Contreras, de la Coordinadora Simón Bolívar, sobre la situación en Venezuela.
Patria Grande: - Entrevista exclusiva a Juan Contreras, de la Coordinadora Simón Bolívar, sobre la situación en Venezuela.
Internacional: - El conflicto olvidado. La heroica lucha del pueblo saharaui, por Federico Cantera.
Historia: - Instrucciones de 1813: entre el estatuto colonial de enclave y la nación entre todas las provincias.
Cultura: - Argo: una nueva operación de Hollywood al servicio de la política estadounidense.
Historia: - Instrucciones de 1813: entre el estatuto colonial de enclave y la nación entre todas las provincias.
Cultura: - Argo: una nueva operación de Hollywood al servicio de la política estadounidense.
Para comunicarse: patrialibre@adinet.com.uy
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RESISTIR EL SAQUEO. DEFENDER LA SOBERANÍA.
No cabe duda que atravesamos un duro momento.
Los avances de los pulpos multinacionales atacan nuestros bienes comunes. Los que nos brinda la naturaleza y los que hemos construido por generaciones con el esfuerzo de nuestro trabajo. Atacan nuestro presente condenando nuestras posibilidades futuras de construir un país independiente.
La dimensión del problema nos obliga a salir del debate abstracto sin perspectivas y colocar en el centro de nuestras preocupaciones una caracterización correcta de la situación y la búsqueda de las salidas posibles y necesarias.
La actual correlación de fuerzas nos obliga a pensar el futuro inmediato en clave de resistencia. Resistencia al saqueo que sufre nuestra patria hasta poder avanzar hacia la conquista y consolidación plena de la soberanía nacional. Hacia esto habrá que acumular. La soberanía como objetivo y como prerrequisito indispensable para poder pensar en términos de posibilidad la sociedad que el pueblo deberá construir.
Para alcanzar un proyecto de tal envergadura, con esperanzas reales de vencer, no de tertuliar sobre lo que debería ser, se requiere la concurrencia de todas las fuerzas nacionales, de todas las que se expresan en estos objetivos.
Para ello será imperioso poner en pie un amplio movimiento nacional que permita la confluencia de estas fuerzas. Ese es un desafío de la etapa. Es el gran instrumento estratégico que nos está faltando.
Movimiento que recoja las necesidades sentidas por todos para darle proyección nacional a las soluciones especificas. Que escarbe en los elementos comunes y, respetando las particularidades, recoja todo lo positivo de cada uno para que con ello aporte a este proyecto de envergadura nacional.
Su construcción no es cuestión de declaraciones. Será producto de un esfuerzo militante que apoye sus perspectivas en los antecedentes históricos nacionales compartidos por nuestro pueblo y en las grandes urgencias nacionales de la hora: resistir el saqueo y conquistar la soberanía nacional.
Estas tareas de la hora deben avanzar hacia el futuro apoyándose en la experiencia histórica en la que se vio surgir una patria libre sobre esta tierra: el artiguismo. Artiguismo como bandera común que nos unifica a las grandes mayorías, y lo hace desde la posibilidad de que los orientales podamos poner en pie una proyecto de nación con horizonte latinoamericano, donde el pueblo sea dueño de su destino.
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EL MOVIMIENTO NACIONAL Y SU BASE SOCIAL
En el contexto actual aún podemos hablar de que falta una expresión propia del pueblo.¿Cuál es el origen de dicha frustración?
En primera instancia debemos señalar el predominio de propuestas con un total divorcio de nuestro medio.
Caracterizadas por una mentalidad extranjerizante, despreciativa de todo lo genuinamente nacional y por lo tanto popular, son propuestas sin sujeto para actores solo concebibles en el cálculo dogmático, pero incapaces de traducirse en propuesta para el compatriota de carne y hueso que suda, sufre y crea en nuestro país.
Coloniaje cultural resultado y complemento de una economía enajenada al capital imperialista extranjero.
Lo que implica un divorcio de las mayorías populares que constituyen el elemento fundamental de nuestra realidad nacional.
Cuando la neocolonia en la economía va acompañada de un pensamiento colonizado la normalidad de la dominación está generalizada.
Pero cuando se desarrolla el pensamiento nacional, la conciencia nacional y el sentimiento nacional en el seno del pueblo, entran en colisión con la estructura neocolonial, la hacen insostenible.
El pueblo no podrá convivir con el régimen que lo domina.
Si desplegamos ese trabajo político se irán ampliando las condiciones para el crecimiento del movimiento nacional.
Mientras tanto, pseudointelectuales pretenden ser referentes de lo micro como testimonio folclórico pero impotentes para la transformación. Hablan de la resistencia popular pero se alarman cuando esta toma un carácter nacional, hacia diversos sectores sociales o directamente hacia lo político.
Cuando los pueblos salen del reflujo de los 90 y se proponen plantarse como fuerza beligerante pretenden desesperadamente que la resistencia se mantenga reducida al micro-espacio original y no se proyecte con posibilidades de victoria.
En definitiva, pretenden que la resistencia popular se desarticule con cada actor limitándose a su parcela.
Magnificando las posibilidades de las relaciones sociales que se pueden construir en el territorio cuando estas son, en realidad, determinadas por las relaciones de dependencia dominantes.
Entre el trabajo territorial aislado para un actor considerado autónomo y el trabajo territorial como parte de la acumulación del pueblo para su liberación nacional está la diferencia entre los que no aspiran a quebrar el sometimiento y los que apuestan a la victoria definitiva de nuestro pueblo.
En el salto de lo reivindicativo a lo político, en la construcción de un proyecto nacional, con una profunda y extendida base social, está la clave del triunfo de la lucha popular.
Porque base social no es limitación a lo reivindicativo si no base social de un movimiento nacional, cuerpo y esencia del mismo.
Es necesario de manera consiente ir sentando las bases para la unidad nacional (por la liberación nacional).
Expandiendo el pensamiento nacional y contribuyendo a la confluencia tras un proyecto común. Sentando la base social del proyecto nacional.
Lo local (si no se proyecta hacia la lucha nacional) debilita objetivamente la capacidad de oponerse a los dominantes y subjetivamente la posibilidad de concebir la certeza (o simplemente posibilidad) de un cambio de fondo.
Vivimos en un régimen neocolonial caracterizado en el tiempo presente por su forma predominante: el saqueo extractivista.
Sin solucionar esto con soberanía nacional todo lo demás son castillos en el aire.
La concentración y extranjerización de las riquezas solo se frena con resistencias nacionales.
No se puede hablar de institucionalizar la vida social porque es atarla a las estructuras del propio régimen neocolonial, no se puede hablar de limitar las construcciones a lo micro porque es fragmentar la resistencia.
Es necesario crear las condiciones para que un proyecto nacional emancipatorio se transforme en un proceso real, y esto solo es posible cuando lo abraza el pueblo. Para ello será necesario ir generando las condiciones para desarrollar un movimiento nacional que viabilice esa confluencia.
Asumiendo las necesidades y sentimientos más genuinos de nuestro pueblo, habrá que recoger todos los ricos antecedentes de nuestra historia que identifiquen a nuestro pueblo con los desafíos del presente, y nos proyecten, a los orientales, con paso seguro y victorioso hacia el futuro.
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