Acoso laboral impune en el CDTI Ministerio de Economía y Competitividad - España Mi historia es la de un trabajador que denunció el acoso laboral contra él y otros compañeros, lo que me ha supuesto un calvario judicial que se prolonga ya diez años y la pérdida de mi salud y carrera profesional. Mi nombre es Felipe y soy ingeniero aeronáutico. Tuve el desacierto de querer trabajar defendiendo los intereses internacionales de mi país en el sector aeroespacial, y me incorporaré al CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial). El CDTI es un ente público englobado actualmente en el Ministerio de Economía y Competitividad. El director responsable de los hechos narrados en los apartados quinto a séptimo, núcleo principal de esta queja, fue Maurici Lucena, enchufado a dedo en un cargo público de tal relevancia contando tan sólo con 28 años. Ha continuado disfrutando de su padrinazgo político después, y hoy es el jefe del grupo parlamentario del PSC en el parlamento catalán. Despido Fui despedido del CDTI en enero de 2004, como represalia a las denuncias legítimas por abusos y acoso laboral que formulé, junto con otros trabajadores y el Comité de Empresa. La normativa de Prevención de Riesgos Laborales obliga a las empresas a tramitar e investigar las denuncias que se le presenten. Sin embargo, el CDTI se negó a hacerlo y respondió con más represalias, hasta el despido final de los denunciantes. Sentencias Estos acontecimientos provocaron la repulsa mayoritaria de la plantilla, y que el Juzgado de lo Social sentenciara en tres ocasiones que mi despido había de considerarse nulo, por haber existido acoso laboral y vulneración de nada menos que cuatro derechos fundamentales. Pero el CDTI prosiguió en su propósito de ocultar lo sucedido y encubrir a los directivos culpables. No dudarían para ello en malversar el dinero del contribuyente, ofreciéndolo para obtener testimonios a su favor en juicio o para pactar indemnizaciones, a cambio de silencio y retirada de las denuncias, con el fin de eludir el esclarecimiento interno y judicial de lo ocurrido. Alegando supuestos defectos formales de ninguna trascendencia, el CDTI recurrió las sentencias de mi despido y provocó un vergonzante conflicto entre el Juzgado de lo Social y el Tribunal Superior de Justicia. Sólo este proceder le permitió al CDTI extender el proceso, mi despido y mi tortura durante cuatro años. Al tiempo que mantenía este castigo sobre mí, al CDTI no le importó desplegar hipocresía en indecencia cuando le convino. Así, el CDTI utilizó la condena por mi despido -que no acataba y tenía recurrida- como argumento a su favor en otro proceso que tuvo contra uno de los implicados en los abusos, cuando surgieron luchas de poder entre ellos. Inspección de Trabajo Tampoco tuvo el CDTI reparos, para evitar fuertes sanciones por parte de la Inspección de Trabajo, en admitir de la injusticia de mi despido, comprometiéndose en acta -ante mí, la Inspección y el Comité de Empresa- a mantenerme en plantilla en caso de que el despido fuera declarado improcedente. Sin embargo, cuando esto ocurrió en 2008 el CDTI se negó a cumplir su compromiso, sin ni siquiera excusarse con justificación alguna. Esto me ha obligado a un nuevo calvario de reclamaciones y demandas, sufriendo una vez más largos años de ineficacia de una administración judicial incapaz de proteger mi derecho a reincorporarme, conforme a un compromiso escrito existente reconocido por el mismo CDTI ante los tribunales. Petición de firma de apoyo de Felipe Alonso Pido pues tu firma para exigir al Ministerio de Economía y la Secretaria General de Ciencia, Tecnología e Innovación, que hagan cumplir al CDTI su compromiso y me reincorpore, así como para que se esclarezcan y asuman las responsabilidades derivadas de este caso. Pido también tu firma para exigir a los Ministerios de Empleo y Justicia que mejoren y hagan cumplir la normativa de Prevención de Riesgos laborales, para que no se permita la impunidad y se sancione, gravemente y de inmediato, a las empresas y directivos que ignoran las denuncias de los trabajadores y Comités de Empresa. Corren tiempos difíciles en que innumerables trabajadores estarán sufriendo abusos que no se atreven a denunciar -por temor a un despido sin perspectivas de recolocación- por lo que hoy es aún más necesario exigir protección para el derecho a reclamar contra los abusos y a que estas reclamaciones sean, cuando menos, investigadas. Creo que tu firma me ayudará a obtener justicia y contribuirá a evitar que casos tan desgraciados como el mío -que podrían y deberían evitarse sin más que el cumplimiento de la legislación de Riesgos Laborales- se sigan produciendo. PRIDICAM, atiende y apoya a Felipe Alonso, con la firma de su petición y el seguimiento de su caso. Tú también puedes ayudarle. http://chn.ge/1dKrk90 |