domingo, 15 de abril de 2007

ARTÍCULO: El acoso moral en el trabajo


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PANORAMA/Trabajo
26.10.2005
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ARTÍCULO
Uruguay: El acoso moral en el trabajo
Isabel Villar
El acoso moral laboral es cada vez más común (Imagen: Palm-bonn.de).
“Si no te gusta, renuncia; hay otros más baratos esperando”. Las políticas neoliberales de reestructuración productiva propician el abuso de poder de los empleadores y la cruda realidad del desempleo determina a trabajadoras y trabajadores a soportar el deterioro creciente de las condiciones de trabajo.

(Mujereshoy) Cuando las conductas abusivas, sistemáticas y permanentes están encaminadas a herir la dignidad de la persona, humillándola y menoscabando su autoestima, se configura el acoso moral laboral, conocido también como mobbing o bullyng, por sus denominaciones en inglés. Entonces el daño en la salud psíquica está asegurado, y hasta el suicidio puede ser una de sus consecuencias.

El movimiento sindical uruguayo comienza a preocuparse por el tema, y prueba de ello es la mesa redonda organizada conjuntamente por los departamentos de Género y Equidad y Salud Laboral y Medio Ambiente del PIT-CNT, que desbordó las expectativas de la convocatoria.

El acoso moral es una forma de violencia psicológica que se practica en ámbitos laborales, una intimidación sistemática y persistente que busca humillar a trabajadoras y trabajadores, define la psicóloga Silvia Franco, quien al frente de un equipo de estudiantes está desarrollando en la Facultad de Psicología de la Universidad de la República el proyecto Historia Vital Laboral (HVL).

La víctima del acoso moral laboral puede ser inferiorizada, desvalorizada, aislada de sus colegas, ridiculizada, sobrecargada o privada de tareas. Negarle el saludo, ni hablarle, difundir rumores a su respecto son otras de sus expresiones. Estas conductas pueden ser verticales (cuando vienen de las jerarquías) u horizontales (practicadas por pares).

Políticas facilitadoras y responsabilidad sindical

Favorece el acoso moral la multiplicación de exigencias para los trabajadores (multi y hasta pluri profesionalidad, mayor calificación, espíritu competitivo, creatividad, responsabilidad de la producción y hasta por sus propios accidentes de trabajo, etc).

Desde el Departamento de Salud Laboral y Medio Ambiente del PIT-CNT, Walter Migliónico reconoce que aunque se está trabajando, en Uruguay hay un atraso significativo en el tema. Pese a que se conocen muchos casos, entre los cuales aprovecha a denunciar el de Fripur, “donde se acosa moral y sexualmente a trabajadoras como forma de controlarlas”.

El acoso moral puede comenzar con un conflicto o con la decisión oculta del perpetrador que dispara el proceso de estigmatización y persecución. La sutileza de las conductas contribuye a que la víctima demore en darse cuenta, pasando primero por etapas de vergüenza y autoinculpación. Cuando al fin descubre la manipulación, trata de hablar con sus pares, pero estos tienden a negar los hechos, bloqueados por la angustia de ser las próximas víctimas o por el miedo a perder el trabajo. La persona que está sufriendo el acoso no se siente comprendida, se margina, se aísla aún más, describe Franco.

En tiempos de pleno empleo, la renuncia puede ser la salida en la empresa privada. En el ámbito público queda el recurso de solicitar un traslado. Pero el daño psicológico, que se calcula instalado luego de seis meses de sufrimiento, ya causó estragos.

“El acoso moral no tiene visibilidad, la humillación no prende luces rojas”, a diferencia de otros conflictos laborales, advierte Migliónico y Franco coincide.

La estructura de personalidad de la víctima también influye, pero más aún su situación de dependencia y las poderosas razones de sobrevivencia que la determinan a trabajar en las condiciones que sean.

Sostenido por sus compañeros, el trabajador tiene que denunciar la situación, y luego difundirla, insta Franco, al tiempo que demanda el apoyo activo del movimiento sindical. En este punto, Migliónico recuerda que en Fripur, por ejemplo, no hay sindicato, y que como “los trabajadores perdieron la posibilidad de colectivizarse, la enfermedad del aislamiento los hace más vulnerables”.

El derecho a tener derechos

Aunque el acoso moral laboral se verifica cada vez más, en Uruguay no hay datos estadísticos ni legislación que ampare su denuncia, confirma la abogada laboralista Martha Márquez.

En la pasada legislatura, ingresó al Parlamento un proyecto de ley que lo incluía como falta laboral grave, sancionable con indemnización mínima de seis meses de sueldo, pero no prosperó.

No obstante, para la doctora Márquez hay algunas normas que pueden ser invocadas por las víctimas o utilizadas por los jueces. Entre ellas, los artículos de la Constitución que garantizan el derecho a ser protegido en el goce del honor, de la vida, de higiene física y moral, y el 72 que ampara genéricamente a todos los no enumerados pero que refieren a la personalidad humana. La experta incluye la Ley 16.045, de igualdad de oportunidades y trato en el empleo, interpretando el acoso moral laboral como una forma de discriminación.



Fuente: La República de las Mujeres.

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