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From: lbarrios@jjay.cuny.edu
Date: Thu, 18 Sep 2008 11:51:51 -0400
Subject: República Dominicana: Los retos de un país emisor y receptor de migrantes: Por Servicio Jesuita a Refugiados/as y Migrantes (SJRM)
República Dominicana: Los retos de un país emisor y receptor de migrantes
http://www.sjrdom.org/spip/spip.php?article790&var_mode=calcul#Scene_1
El hecho de migrar ha sido visto, históricamente, como el ejercicio de un derecho que tienen las personas y las familias y cuya decisión remite a la búsqueda de mejores oportunidades y condiciones de vida. La migración, en un sentido amplio, genera recursos que contribuyen a resolver necesidades no sólo en el plano familiar por medio de las remesas, sino también en el plano macroeconómico mediante la inyección de divisas y el aporte de la mano de obra a importantes sectores de la economía nacional. Este aporte se ha venido reconociendo poco a poco, no sin mostrar resistencia, tanto por los gobiernos como por los sectores de la economía donde se emplea esta mano de obra.
La República Dominicana, como país emisor y receptor de migrantes, está dentro de la dinámica económica mundial, como ejemplo de un país que se beneficia de la población que migra. Por un lado, el envío de remesas de la población dominicana, que emigra principalmente a Estados Unidos, Puerto Rico y España, aporta tanto a la economía nacional como a la familiar. Según el Censo Nacional del 2002, el 10% de las familias dominicanas recibe remesas de algún familiar. Hasta abril del año en curso, según el Banco Central, por este concepto habían llegado 257 mil millones de dólares, siendo uno de los principales aportes al Producto Bruto Interno (PIB).
Por el otro, recibe el aporte de la mano de obra extranjera, especialmente haitiana. Esta población se inserta en el sector agrícola, básicamente en la zona norte del país. En este sector ha trabajado desde inicios de siglo en las zafras azucareras y, posteriormente, en las producción de banano y melón cultivados para exportación. En la última década esta población se ha insertado en el sector construcción en las zonas urbanas, principalmente en Santo Domingo y Santiago. En este sector trabaja el 33.8% de la población haitiana.
Tal es el aporte de esta mano de obra, que empresarios del sector de la construcción han manifestado públicamente que ese sector no sobrevive sin mano de obra extranjera. A pesar de estos aportes, la población migrante no es bien acogida, más bien es explotada, sin condiciones laborales dignas y con bajos salarios.
Estos aportes, que robustecen las economías nacionales, implican un gran desgaste por parte de la población migrante, ya que la misma, por lo general, se inserta en escalafones laborales caracterizados por las tres "P": Pesadas, peligrosas y precarias . Esta realidad es vivida tanto por la población dominicana que reside en el exterior como por la haitiana en el país.
La diáspora dominicana que trabaja en España está inserta, en su mayoría, en el sector servicios y construcción (74% y 20% respectivamente), escalafones donde el salario es relativamente bajo. Para el 2007, el 45% de la población trabajadora dominicana ganaba menos de 10 mil euros al año, colocándolo por debajo de lo que gana el colectivo latinoamericano en ese país, según el Banco Interamericano de Desarrollo.
Igual situación laboral enfrentan los migrantes haitianos en el país. En el sector construcción, esta población ocupa los puestos de ayudantes y obreros (picador de zanjas, mezcladores, etc.). Al igual que la población dominicana en España, los sueldos son bajos. Según el estudio Costos y Beneficios de la Mano de Obra Haitiana en el Sector Construcción, más del 50% de los obreros haitianos en la construcción consultados ganan menos de 400 pesos diarios.
En este sentido, los derechos de los trabajadores están siendo violentados por los empleadores, tanto estatales como privados, ya que esta población gana menos que lo establecido en la resolución No.3/2007 de la Secretaría de Estado de Trabajo, en la que se establece que el salario mínimo de carácter nacional para los ayudantes de este sector y afines debe ser RD$414.00 pesos diarios.
Ambas poblaciones, la dominicana en España y la haitiana en el país, no solo comparten características similares en su inserción laboral, sino que también comparten una realidad socio-económica y familiar que los lleva a migrar. El hecho de tener que salir de su país de origen por el limitado acceso a empleo, educación y mejores condiciones de vida en sentido general, es una muestra de la vulnerabilidad en la que vive su país de origen y de la falta de políticas, por parte del Estado, que garanticen una mejor calidad de vida a la ciudadanía.
Otro elemento que comparte la población migrante, la dominicana y la haitiana, es el estatus migratorio con el que residen en el país receptor. El 31% de la población dominicana residente en España no tiene permiso de residencia en el país europeo, según la investigación Migración Dominicana a España y Remesas realizada por el Servicio Jesuita a Refugiados/as y Migrantes. En el caso de la población migrante haitiana en el país, la situación migratoria se agudiza. Se estima que en el país residen en la actualidad cerca de un millón de migrantes haitianos, de los cuales, hasta el 2000 según el registro de Extranjeros que tiene la Dirección Nacional de Migración, sólo 100 mil estaban registrados.
Ante el panorama anterior, consideramos que es necesario que el Estado y las empresas privadas reconozca el trabajo de la persona migrante más allá de una declaración pública o manifestación de buenas intenciones. Consideramos que es necesario que sean asumidos de manera responsable los siguientes retos:
La firma e implementación de la Convención de los Trabajadores Migratorios y sus Familiares.
Elaborar un plan de regularización de la población migrante y sus descendientes que vive en el país, en el que se respete y garantice su integridad personal y se reconozca el aporte que la misma hace a la economía nacional.
Implementar la Ley de Migración acorde con las corrientes globales y los flujos migratorios. Urge implementar un marco legal basado en el derecho de la ciudadanía, que fomente la equidad y evite la discriminación.
La implementación de una educación intercultural que promueva el reconocimiento y valoración de los aportes que hacen los/las migrantes a nivel sociocultural y económico
Finalmente, favorecemos la iniciativa que está desarrollando el Estado Dominicano por Medio del Consejo Nacional para las Comunidades Dominicanas en el Exterior. Al mismo tiempo, invitamos a que se fortalezcan las organizaciones y sus acciones sean dirigidas a la población dominicana migrante y no que sean vistas como grupos articulados que dan garantía del voto en el exterior.
Servicio Jesuita a Refugiados/as y Migrantes (SJRM)
Miércoles 17 de septiembre 2008
Nota de Prensa Semana del Migrante 2008
Luis Barrios, Ph.D., BCFE
Chair & Associate Professor
Department of Latin American & Latina/o Studies
Joh Jay College of Criminal Justice-City University of New York
445 West 59 Street, Room 1551-N
New York, New York 10019
Office: (212) 237-8747
FAX: (212) 237-8664
Email: lbarrios@jjay.cuny.edu
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Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta. Siempre estamos escuchando una pedagogía de la respuesta. Los/as profesores/as contestan a preguntas que las/os alumnas/os no han hecho. Pablo Freire
Most teachers teach facts, good teachers teach ideas, great teachers teach how to think. Jonathan Pool
"El marxismo de derecha, porque es verticalista, tradicionalista, unitario, propicia lo que en psicoanálisis se denomina transferencia, esto es, un lazo de amor que es también un vínculo de saber. Pero si el individuo que tanto recibió del marxismo en su versión de derecha logra comprender en qué había creído, suele desarrollar una aversión al marxismo. Esto se vio en innumerables conversiones de sinceros/as marxistas al campo de la antirrevolución, por no decir de la contrarrevolución más rabiosa. Y en cierto sentido tenían razón, porque lo que habían abrazado con amor era una ideología peligrosa." Omar Acha El marxismo de derecha
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