Sí, suficiente tiene Colombia con la guerra interna que libra contra el terrorismo (farc, eln, paramilitares), el narcotráfico, la corrupción, la hambruna y la injusticia social como para que países vecinos estén tratando de cazarnos peleas.
Las relaciones con Venezuela, en la era Chávez, han requerido de altas dosis de paciencia y tolerancia para no enfrascarnos en conflictos internacionales. Manejar semejante delirio de poder no ha sido fácil, con un discurso que nada tiene de bolivariano y que recoge ahora antiguas ideas socialistas, que alguna vez tuvieron eco en los lejanos años 60.
Sin embargo, llegó otra figura que sigue los "ideales" del señor Chávez, con quien hemos tenido que aumentar la dosis de valeriana; desde Bolivia también sueñan con una revolución que promete pagarse con petrodólares venezolanos, su presidente, Evo Morales, ha querido dañarnos el genio, aunque con negativos resultados para ellos a pesar de su insistencia.
Ya cuando habíamos aprendido a torear a Chávez y a Evo, apareció en el ruedo el presidente de Ecuador, Rafael Correa, con quien hemos tenido que aprender cursos especiales para apagar incendios y pelar dientes. Con la fumigación de glifosato en la frontera sur del país, sembrada de coca hasta el copete, nos tocó aguantar insultos, amenazas, denuncias de perjuicios, muertos y todo lo que se le ha ocurrido al vecino para evitar la aspersión.
TRATADO ESGUERRA-BARCENAS
El 24 de marzo de 1928 Colombia y Nicaragua suscribieron, y luego ratificaron, el tratado sobre cuestiones territoriales (Esguerra-Bárcenas) en cuyo artículo primero Colombia reconoció la propiedad y soberanía de Nicaragua sobre las islas Mangle y la Costa Mosquitia desde el cabo Gracias a Dios y ahora hasta el río San Juan (como consecuencia de la segregación de Panamá) y Nicaragua reconoció a su vez la soberanía y propiedad de Colombia sobre San Andrés, Providencia, Santa Catalina y todas las demás islas, islotes y cayos que hacen parte del Archipiélago de San Andrés.
Finalmente, entró al escenario Daniel Ortega, presidente de Nicaragua; esta vez con complejos de despojado que lanza críticas contra Colombia, reclamando nuevamente las islas de San Andrés y Providencia, y viéndonos como un lobo feroz que se quiere aliar con Costa Rica y Honduras para dejarlos en la nada.
Por toda una serie de conflictos, las relaciones con las naciones vecinas y con Bolivia no han sido nada fáciles para este gobierno, que quiere una política de confraternidad con todos los países del área. El presidente Álvaro Uribe en su reciente visita a Campeche, México, expresó que la lucha de Colombia es contra el terrorismo y no contra las repúblicas hermanas, y esa frase lo resume todo.
¡Suficiente tiene Colombia...!
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