Date: Tue, 7 Oct 2008 12:58:47 -0400
Subject: Cosas que suceden en la política colonial puertorriqueña: P. Luis Barrios
Cosas que suceden en la política colonial puertorriqueña
A ningún imperio conviene ejercer la tiranía abiertamente,
y siempre usa de escudo para el deportismo a los naturales
de la nación intervenida.
Pedro Albizu Campos
La política partidista puertorriqueña está prendida en candela y las realidades están floreciendo como la amapola. Al extremo, que el Macondo de Gabriel García Marques parecería una novela de Corín Tellado, la Metamorfosis de Franz Kafka uno de los programas de la Comai y Santa Clo va a la Cuchilla de Don Abelardo Díaz Alfaro, una columna del Periódico El Vocero. Como diría mi hermano y compañero Jesús: ¡Esto está del carajo!
Este mejunje politiquero, a mi juicio, quien mejor la describe es Rubén Blades cuando nos dice que la Vida te da Sorpresa. Y a la verdad que estos engendros neoliberales del capitalismo no dejan de ser una sorpresa.
De cinco candidatos a la gobernación – Edwin Irizarry Mora por el Partido Independentista Puertorriqueño; Aníbal Acevedo Vilá por el Partido Popular Democrático; Luis Fortuño por el Partido Nuevo Progresista; Rogelio Figueroa por el Partido Puertorriqueños por Puerto Rico; y Pedro Reselló por el Partido Mesiánico-Cristo Viene Pronto- cuatro aparecieron para lo que llamaron dizque debate, que no fue otra cosa que un bochinche (entiéndase chisme, lo cual también se utiliza para describir problemas) de patio y un revolú (entiéndase desorden) burgués. En otras palabras un entretenimiento mediático que se utiliza para embrutecer a un pueblo, porque está prohibido pensar. Ya nos lo dijeron cultural y proféticamente: hay que aprender a desaprender. De aquí el que me tome la molestia de crear una serie de premios para galardonar esta hazañas de nuestros politólogos para estas elecciones coloniales de mi patria.
Por un lado Aníbal y Luis demostraron ser expertos en evadir compromisos serios y se llevaron el premio buchipluma (entiéndase que es la persona que habla mucho pero hace poco o nada). Quienes votan por estos dos partidos hacen realidad la profecía del agridulce: fó, que rico. Ambos partidos tradicionalmente han llevado al país al debacle económico y político y se la pasan acusándose unos a los otros de quien es más corrupto e inepto. De aquí el que también le otorguemos a estos dos partidos el premio cleptómano.
Rogelio, el pobre, tiene buenas intenciones pero anda con la utopía irrealizable. Puede decirte muy bien articulado lo que hay que hacer (ejemplo: energía alterna) pero ni pal diablos te sabe decir como es que esto se va a implementar, ni mucho menos el tiempo que tomaría. Por esto le vamos a dar el premio truqueo (entiéndase que es una persona que anda con mucho trucos).
A Pedro, que ha montado una campaña como el gatito de José Ramos (tira la piedra y esconde la mano) le vamos a dar tres premios. Uno es el premio aguajero (entiéndase de una persona que presume mucho), el otro el premio cafre (entiéndase que es una persona con poca clase) y el tercero el premio de la juyilanga (entiéndase la persona que se va a la huida). Su incapacidad política y su historial delictivo han demostrado todas las formas de impunidad que se pueden otorgar a la gente rica en Puerto Rico.
Y por supuesto, no se me podía quedar Edwin. Para mi este es el monstruo (expresión para describir algo excelente o maravilloso) porque es el único que plantea la descolonización e independencia para Puerto Rico. Aquí yo tengo que reconocer que estoy prejuiciado porque por más batata –que quede claro, este no es ninguna batata- que pueda ser un candidato (o candidata) a la gobernación de Puerto Rico, si este/a en su plataforma política me ofrece resolver el estatus colonial, con un proyecto de descolonización e independencia, ya me amarró al mismo. Este asunto es tan serio para mí, que si hoy el Diablo (Satanás o Lucifer) forma un partido político para lograr la independencia para Puerto Rico, yo me engancho. De aquí el que esté completamente en contra de independentistas que votan por el status colonial exhibido en dos opciones: el estadolibrismo del PPD o la estadidad del PNP.
Ahora bien, tengo que confesarles que mi asombro mayor ocurrió cuando caminando por las calles de Puerto Rico pude escuchar opiniones callejeras sobre los candidatos a la gobernación. Esto para que se corrobore por un lado una vez más que en asuntos de chismería politiquera un pueblo desorganizado políticamente siempre es un termómetro electorero que mide y te informa sobre la temperatura socio-política. Pero asimismo, por otro lado un pueblo políticamente concientizado y organizado, sigue siendo un termostato que regula la temperatura socio-política dejando como resultados cambios significativos. Con política de termómetro la agenda socio-política siempre viene desde un partido político de arriba hacia abajo. A esto yo le llamo dictadura sin apoyo popular. Mientras que en política de termómetro la agenda socio-política la produce el pueblo y la misma se somete de abajo hacia arriba. A este proceso yo le llamo democracia participativa.
Ahora bien, ¿qué dice en pueblo con sus expresiones del diario vivir dentro de su desorganización política? Esto por supuesto, es una muestra no representativa, pero refleja valores importantísimos que deben de tomarse en consideración al momento de tratar de comprender fenómenos políticos en Puerto Rico.
De Carolina a Río Piedras montadito en la guagua B-41 pude escuchar cuando un caballero le decía a otro, con mucha elegancia, una aseveración que es muy común en nuestro pueblo porque ha pasado a ser un proceso normalizado: Los políticos son todos unos pillos. Todos roban, aunque unos mas que otros. Eso no lo cambia nadie. Por lo tanto hay que votar por el menos pillo. Yo voy a votar por Aníbal.
De Santurce a San Juan en la guagua A-1 en una discusión entre el chofer y una jovencita esta le decía con mucha seguridad: La estadidad es el verdadero futuro para Puerto Rico porque estamos unidos a la nación más rica del mundo. No nos va a faltar nada como a esos países libres de Latinoamérica que no tienen para comer. ¡Nosotros si que estamos bien con Fortuño, por eso le daré mi voto!
En una de mis artimañas subiendo la escalera del apartamento de mi mami en el Caserío San Juan Bautista –porque yo soy producto de caserío, pa'que tu lo sepas- tuve que visitar al médico. Sentadito allí en sala de emergencia paré las antenas de mis tímpanos y pude escuchar cuando una enfermera le susurraba casi en el oído a otra: Rogelio que ni se vista, porque el negrito no va. ¿Quién le dijo a usted que yo voy a votar por un negro para que sea gobernador de Puerto Rico? A la verdad que estos negros se creen que son gente. Este es el racismo solapado que todavía permea en mi patria.
Para no perder la tradición, terminé acompañando a mi madre a la plaza de mercado de Río Piedras y tomándome un jugo de ajonjolí escuche en una mesa cuando una pareja de enamorados –por lo menos me dio esa impresión con los abrazos y besos- estaban de acuerdo en su análisis político de sobadera: El mejor candidato, más inteligente y mas atinado es Edwin. Ese si que tiene soluciones para el pueblo. Pero, el problema está en que el quiere la independencia para Puerto Rico. ¿A quién se le ocurre votar por la independencia? Eso es como decirle al Diablo que nos lleve al infierno de cabeza. Nosotros somos muy pequeños y no estamos listos para ser independiente. Votemos por Aníbal o Fortuño, que total es la misma cosa. Por aquí vemos de nuevo el reflejo de nuestro colonialismo psicológico que siempre aparece y muchas veces no tomamos en consideración. De nuevo, es posible desaprender disparates coloniales.
Y como no podían faltar vainas coloniales que solo ocurren en mi patria Puerto Rico, me encuentro a este individuo muy elegantón que a mi juicio o por lo menos por fuera, se veía muy normal y no tenía aspecto de terrorista. Esto sucede cuando voy a comprar en la farmacia el periódico de la Nación, Claridad. El estaba parado con su bicicleta en la cual tenía una bandera de Estados Unidos y una Biblia del tamaño de una caja de cerveza Presidente. Como yo privo de atrevido, algunas veces, le sonreí y él me respondió regalándome una sonrisa muy bella. Esto me corroboró que el hombre no está loco, solo descabezado políticamente. Entonces aproveché para montar conversación preguntándole: hermano, ¿y por quien usted va a votar en estas elecciones? No le tomó ni un segundo cuando rápidamente me dijo. Por el mejor candidato que tiene Puerto Rico. Me voy con el Write-In de Pedro Reselló, el ungido y escogido de Dios para salvar a este pueblo. Cristo y Reselló vienen pronto y nos van a salvar. ¡A la verdad que uno/a tiene que escuchar mierdas en esta colonia!
De todas maneras, ya estoy de regreso de nuevo en Nueva York y quería compartir con ustedes estas experiencias sensoriales y extrasensoriales de la política colonial puertorriqueña. Sigamos creyendo que la paz con justicia es posible, pero aun más importante, sigamos trabajándola.
Paz con justicia.
P. Luis Barrios
Iglesia de Santa María
New York, New York
6 de octubre de 2008
lbarrios@jjay.cuny.edu
No hay comentarios:
Publicar un comentario