Y mucho más, la Vicepresidenta había metido a dedo al hijo, el ex Vice era un mitómano que había estado hablando de un cable submarino que no existía salvo en su imaginación -como los que lo querían raptar en el bosque como si fuera Caperucita Roja-, el que había prometido que se iban a fijar unas maravillosas tarifas de Internet que luego no existieron y mucho más, sin contar el mamarracho de un Plan Cardales que huele a chamusquina chavista, un plancito estatista y controlador que hace que Antel y el Estado traten de controlar el crecimiento de una red agotada y estrecha que se corta cada cinco minutos.
Por eso no sorprende a nadie que durante este gobierno, que inauguró su ola de zarpazos corruptos con el propio Presidente de la República, que eliminó a su competencia en oncología; que metió a su hijo en negocios corruptos con un país más corrupto que el nuestro, Venezuela, negocios en los que hubo hasta misteriosos suicidados de por medio y valijas fantasmas y coimas de toda índole y libros que nadie va a leer y casas prefabricadas tiradas en campitos baldíos en Caracas.
No, no me soprende que haya un escándalo en Antel, otro más, otro pequeño escandalete quizás, porque el mayor escándalo permanente es que Antel nos roba con la telefonía fija, nos roba con las tarifas de un servicio de Internet cada vez más lento, nos roba haciendo publicidad de una boxedora inventada que es noqueada en la primera pelea no arreglada que tiene, nos roba todos los días.
Y van a seguir robando y estafando en forma cada vez más desesperada porque hasta los tupas que decían que eran "gasoleros" están robando y si no, miren la estafa del Maciel, porque de repente se dieron cuenta que no estaban asegurados al poder, que la gente estaba podrida de escuchar a unos santurrones hipócritas y mojigatos que decían que eran puros y honestos y que robaron a troche y moche desde el primer día, haciendo lo mismo que hicieron generaciones de otros políticos pero que al menos no se las daban de santos ni de prohombres, porque el poder corrompe, lo sabemos, pero más corrompe al santurrón idiota que se cree que es honesto; y, presentada delante de su boca babeante la bandeja de minutas, se tira de cabeza encima y se las traga de forma grosera.
Y así, tenemos hoy esta telenovela de corruptitos de décima al mando de un ente de telecomunicaciones que ya no debería existir, porque si algo queda claro es que las telecomunicaciones en Uruguay despegaron desde el momento en que entraron en juego los privados a competir entre ellos y con Antel, que si no, no tendríamos celulares ni telefonía internacional baratos y estaríamos aún en el siglo XX, esperando horas para una llamada internacional y pagándola una fortuna.
Por eso no hay sorpresa ninguna, un ente de telecomunicaciones corrupto que da malas telecomunicaciones; una Ancap que destila nafta de mala calidad que debería ser importada; una OSE que da agua cada vez más turbia, y una UTE que juega con molinitos de viento en lugar de hacer centrales nucleares.
En resumen, un país de pacotilla en manos de un gobierno de un grupo político al que yo le veía, antes que llegara, una natural incapacidad de gestión típica de los socialistas que sueñan en mundos que no existen, pero que no le encontraba tanta capacidad de corrupción y de estupidez en un plazo tan breve.
Por eso hay que sacarlos, hay que sacarlos de una vez por todas y que se vayan a jugar a la rayuela a Cuba o a Corea del Norte, pero que se vayan y que venga un gobierno de gente normal que, al menos si mete la mano, lo haga de forma que no sea tan grotesca y de forma que el país avance, que por ahora estos no han hecho más que remar en el aire porque todo lo bueno que se adjudican, menos un par de cosas, es producto de los gobiernos que estaban antes que esta langosta depredadora llegara como una nube hambrienta a comer lo que otros habían sembrado.
Hasta la semana que viene.
Fuente:
Edición Nro. 1569
Punta del Este
Uruguay
enfoques 4 de setiembre de 2009
Por eso no sorprende a nadie que durante este gobierno, que inauguró su ola de zarpazos corruptos con el propio Presidente de la República, que eliminó a su competencia en oncología; que metió a su hijo en negocios corruptos con un país más corrupto que el nuestro, Venezuela, negocios en los que hubo hasta misteriosos suicidados de por medio y valijas fantasmas y coimas de toda índole y libros que nadie va a leer y casas prefabricadas tiradas en campitos baldíos en Caracas.
No, no me soprende que haya un escándalo en Antel, otro más, otro pequeño escandalete quizás, porque el mayor escándalo permanente es que Antel nos roba con la telefonía fija, nos roba con las tarifas de un servicio de Internet cada vez más lento, nos roba haciendo publicidad de una boxedora inventada que es noqueada en la primera pelea no arreglada que tiene, nos roba todos los días.
Y van a seguir robando y estafando en forma cada vez más desesperada porque hasta los tupas que decían que eran "gasoleros" están robando y si no, miren la estafa del Maciel, porque de repente se dieron cuenta que no estaban asegurados al poder, que la gente estaba podrida de escuchar a unos santurrones hipócritas y mojigatos que decían que eran puros y honestos y que robaron a troche y moche desde el primer día, haciendo lo mismo que hicieron generaciones de otros políticos pero que al menos no se las daban de santos ni de prohombres, porque el poder corrompe, lo sabemos, pero más corrompe al santurrón idiota que se cree que es honesto; y, presentada delante de su boca babeante la bandeja de minutas, se tira de cabeza encima y se las traga de forma grosera.
Y así, tenemos hoy esta telenovela de corruptitos de décima al mando de un ente de telecomunicaciones que ya no debería existir, porque si algo queda claro es que las telecomunicaciones en Uruguay despegaron desde el momento en que entraron en juego los privados a competir entre ellos y con Antel, que si no, no tendríamos celulares ni telefonía internacional baratos y estaríamos aún en el siglo XX, esperando horas para una llamada internacional y pagándola una fortuna.
Por eso no hay sorpresa ninguna, un ente de telecomunicaciones corrupto que da malas telecomunicaciones; una Ancap que destila nafta de mala calidad que debería ser importada; una OSE que da agua cada vez más turbia, y una UTE que juega con molinitos de viento en lugar de hacer centrales nucleares.
En resumen, un país de pacotilla en manos de un gobierno de un grupo político al que yo le veía, antes que llegara, una natural incapacidad de gestión típica de los socialistas que sueñan en mundos que no existen, pero que no le encontraba tanta capacidad de corrupción y de estupidez en un plazo tan breve.
Por eso hay que sacarlos, hay que sacarlos de una vez por todas y que se vayan a jugar a la rayuela a Cuba o a Corea del Norte, pero que se vayan y que venga un gobierno de gente normal que, al menos si mete la mano, lo haga de forma que no sea tan grotesca y de forma que el país avance, que por ahora estos no han hecho más que remar en el aire porque todo lo bueno que se adjudican, menos un par de cosas, es producto de los gobiernos que estaban antes que esta langosta depredadora llegara como una nube hambrienta a comer lo que otros habían sembrado.
Hasta la semana que viene.
Fuente:
Edición Nro. 1569
Punta del Este
Uruguay
enfoques 4 de setiembre de 2009
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