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Hacia la revolución moral
Llego el 2009, Barack Obama entró a la Casa Blanca, la Obamanía sigue vendiendo muchas mercaderías, las expectativas con Obama siguen bajando, y no tenemos idea de donde coño está W. Bush. Que quede claro, de todo esto, lo último, no me interesa. Bueno, ¿y ahora que?
Para no perder la costumbre aquí les va mi receta para el 2009. Comienzo por reconocer que se hace necesario comenzar con una revolución moral tal y como nos dice el hermano y compañero Fidel Castro, en conversaciones con Frei Betto: "Y los/as que no entienden que una revolución moral es el factor fundamental, están perdidos/as y están fracasados/as; son los valores, es lo moral lo que arma espiritualmente al ser humano".
¿Fidel Castro hablando de espiritualidad? Eso es para que se revienten contra el piso los/as supuestos/as ateos/as dogmáticos/as y fanáticos/as quienes al no tener nada mejor que hacer, se han empeñado en declararle la guerra a quienes creemos en Dios. ¡Vaya dolor de cabeza y manera de perder el tiempo! ¡Cuando comprenderán que la lucha no es entre quienes creen o no creen en Diosa sino más bien entre quienes practican o no practican la paz con justicia!
Pero por supuesto, esta ética moral de la responsabilidad debe comenzar por desmantelar el disparatoso lenguaje de guerra del legado que nos dejó el expresidente Bush de que su "misión era la de luchar contra la maldad hasta que el bien salga triunfante". A la verdad que suena muy bonito en palabras, aunque en acciones todo esto se resumió en violación a los derechos humanos y civiles, arrestos arbitrarios, desapariciones, torturas y asesinatos.
Ahora bien, ¿con la salida de Bush, desapareció este espíritu maligno de guerra y cultura armamentista? No lo creo, aunque hay que reconocer que Obama será cien veces mejor que el energúmeno de Bush. Pero lo que nos debe preocupar, sobre todo en el contexto de la ética moral, es que éste, el Presidente Obama, tiene planes de enviar más de 30,000 tropas a Afganistán para poder lograr lo que los soviéticos no pudieron hacer y los/as estadounidenses menos: controlar y/o acabar con Los Talibanes. ¡Parece ser que en Afganistán, todo el pueblo es Talibán!
Por otro lado, el presidente Obama dejó en su puesto al Republicano Robert "Bob" Michael Gates (Bob Gates) como secretario de defensa de los Estados Unidos, y esto por desgracia es una señal de pocas esperanzas. Este señor es un protector de la industria de guerra que tanta desgracia ha dejado en el mundo y de unos multimillonarios que sacan tajada de la desgracia de matar a otros seres humanos con juguetes de guerra.
Por desgracia todo este asunto de histerismo guerrero es producto de la imbecilidad, caracterizada por aquellas personas que, en medio de escenarios críticos y por falta de buen sentido, pierden la calma, y exageran unas circunstancias para justificar una serie de acciones bélicas. Estas personas caen en un estado de perturbación histérica que no les permite funcionar con una ética de vivencia comunitaria y entonces recurren a un discurso demagógico guerrerista.
Dentro de ese modelo de paz con justicia la experiencia de la acción salvífica debe comenzar a destruir el mal con la firmeza del bien. Esto se hace llevando a cabo la mezcolanza de nuestras determinaciones con nuestras acciones. Que no se nos olvide que el mal en nuestra sociedad ha triunfado no porque sea todopoderoso sino más bien porque quienes creemos en la resistencia del bien no hemos ejercido con mayor sinceridad y consistencia la combatividad del amor revolucionario. Ese amor revolucionario del bien constantemente nos reta a que busquemos una razón para entrar en la disponibilidad del como encontrar una razón para amar a nuestro/a prójimo/a de la misma manera que amamos a Dios y a nosotros/as mismos/as. Este amor que conspira contra el mal también debe llevarnos a la convicción de poder tener la capacidad de estar listos/as para morir por esa paz con justicia. Por esto mi convicción de que el sacramento mas importante sigue siendo el amor solidario.
De aquí mi invitación a que por un lado el gobierno de los Estados Unidos demuestre un ejemplo humano de sinceridad y seriedad de cómo preservar la vida y por un lado comience a destruir sus armas de destrucción masiva y por otro lado lleve a cabo una distribución equitativa de todo el control que mantiene sobre las riquezas de este planeta. Luego con este ejemplo del bien le haga una invitación al mundo entero para que le imiten en la destrucción del mal.
Otro aspecto importante en la construcción de esta paz con justicia lo es el que podamos globalizar la ética moral de la responsabilidad. La saga bíblica del Libro de Génesis (4:8-9) nos demuestra que los celos, el odio, y la prepotencia llevaron a Caín a matar a su hermano Abel. Dios le preguntó a Caín, lo que también constantemente nos pregunta a nosotros/as: ¿Dónde está tu hermano, tú hermana? En mi teología bíblica, yo soy creyente de que luego de la creación, nuestra Diosa nos dio la responsabilidad de convertirnos en co-creadores/as, o sea, la responsabilidad dual de darle continuidad a la creación, y al mismo tiempo, protegerla. ¿Por qué entonces hemos creado unos sistemas políticos, económicos y sociales que se han caracterizado por destruir la creación?
Sigamos trabajando por la ética de una revolución moral que dejará como resultado la paz con justicia. Desde aquí en Estados Unidos asimismo podemos comenzar con cerrar La Escuela de Las Américas y seguir luchando contra el apoyo genocidio de este gobierno al gobierno fascista y también genocida de Israel que sigue masacrando al pueblo Palestino. Sigamos sembrando la esperanza, triunfaremos.
P. Luis Barrios
Iglesia de Santa María
New York, New York
lbarrios@jjay.cuny.edu
23 de enero de 2009
Hacia la revolución moral
Llego el 2009, Barack Obama entró a la Casa Blanca, la Obamanía sigue vendiendo muchas mercaderías, las expectativas con Obama siguen bajando, y no tenemos idea de donde coño está W. Bush. Que quede claro, de todo esto, lo último, no me interesa. Bueno, ¿y ahora que?
Para no perder la costumbre aquí les va mi receta para el 2009. Comienzo por reconocer que se hace necesario comenzar con una revolución moral tal y como nos dice el hermano y compañero Fidel Castro, en conversaciones con Frei Betto: "Y los/as que no entienden que una revolución moral es el factor fundamental, están perdidos/as y están fracasados/as; son los valores, es lo moral lo que arma espiritualmente al ser humano".
¿Fidel Castro hablando de espiritualidad? Eso es para que se revienten contra el piso los/as supuestos/as ateos/as dogmáticos/as y fanáticos/as quienes al no tener nada mejor que hacer, se han empeñado en declararle la guerra a quienes creemos en Dios. ¡Vaya dolor de cabeza y manera de perder el tiempo! ¡Cuando comprenderán que la lucha no es entre quienes creen o no creen en Diosa sino más bien entre quienes practican o no practican la paz con justicia!
Pero por supuesto, esta ética moral de la responsabilidad debe comenzar por desmantelar el disparatoso lenguaje de guerra del legado que nos dejó el expresidente Bush de que su "misión era la de luchar contra la maldad hasta que el bien salga triunfante". A la verdad que suena muy bonito en palabras, aunque en acciones todo esto se resumió en violación a los derechos humanos y civiles, arrestos arbitrarios, desapariciones, torturas y asesinatos.
Ahora bien, ¿con la salida de Bush, desapareció este espíritu maligno de guerra y cultura armamentista? No lo creo, aunque hay que reconocer que Obama será cien veces mejor que el energúmeno de Bush. Pero lo que nos debe preocupar, sobre todo en el contexto de la ética moral, es que éste, el Presidente Obama, tiene planes de enviar más de 30,000 tropas a Afganistán para poder lograr lo que los soviéticos no pudieron hacer y los/as estadounidenses menos: controlar y/o acabar con Los Talibanes. ¡Parece ser que en Afganistán, todo el pueblo es Talibán!
Por otro lado, el presidente Obama dejó en su puesto al Republicano Robert "Bob" Michael Gates (Bob Gates) como secretario de defensa de los Estados Unidos, y esto por desgracia es una señal de pocas esperanzas. Este señor es un protector de la industria de guerra que tanta desgracia ha dejado en el mundo y de unos multimillonarios que sacan tajada de la desgracia de matar a otros seres humanos con juguetes de guerra.
Por desgracia todo este asunto de histerismo guerrero es producto de la imbecilidad, caracterizada por aquellas personas que, en medio de escenarios críticos y por falta de buen sentido, pierden la calma, y exageran unas circunstancias para justificar una serie de acciones bélicas. Estas personas caen en un estado de perturbación histérica que no les permite funcionar con una ética de vivencia comunitaria y entonces recurren a un discurso demagógico guerrerista.
Dentro de ese modelo de paz con justicia la experiencia de la acción salvífica debe comenzar a destruir el mal con la firmeza del bien. Esto se hace llevando a cabo la mezcolanza de nuestras determinaciones con nuestras acciones. Que no se nos olvide que el mal en nuestra sociedad ha triunfado no porque sea todopoderoso sino más bien porque quienes creemos en la resistencia del bien no hemos ejercido con mayor sinceridad y consistencia la combatividad del amor revolucionario. Ese amor revolucionario del bien constantemente nos reta a que busquemos una razón para entrar en la disponibilidad del como encontrar una razón para amar a nuestro/a prójimo/a de la misma manera que amamos a Dios y a nosotros/as mismos/as. Este amor que conspira contra el mal también debe llevarnos a la convicción de poder tener la capacidad de estar listos/as para morir por esa paz con justicia. Por esto mi convicción de que el sacramento mas importante sigue siendo el amor solidario.
De aquí mi invitación a que por un lado el gobierno de los Estados Unidos demuestre un ejemplo humano de sinceridad y seriedad de cómo preservar la vida y por un lado comience a destruir sus armas de destrucción masiva y por otro lado lleve a cabo una distribución equitativa de todo el control que mantiene sobre las riquezas de este planeta. Luego con este ejemplo del bien le haga una invitación al mundo entero para que le imiten en la destrucción del mal.
Otro aspecto importante en la construcción de esta paz con justicia lo es el que podamos globalizar la ética moral de la responsabilidad. La saga bíblica del Libro de Génesis (4:8-9) nos demuestra que los celos, el odio, y la prepotencia llevaron a Caín a matar a su hermano Abel. Dios le preguntó a Caín, lo que también constantemente nos pregunta a nosotros/as: ¿Dónde está tu hermano, tú hermana? En mi teología bíblica, yo soy creyente de que luego de la creación, nuestra Diosa nos dio la responsabilidad de convertirnos en co-creadores/as, o sea, la responsabilidad dual de darle continuidad a la creación, y al mismo tiempo, protegerla. ¿Por qué entonces hemos creado unos sistemas políticos, económicos y sociales que se han caracterizado por destruir la creación?
Sigamos trabajando por la ética de una revolución moral que dejará como resultado la paz con justicia. Desde aquí en Estados Unidos asimismo podemos comenzar con cerrar La Escuela de Las Américas y seguir luchando contra el apoyo genocidio de este gobierno al gobierno fascista y también genocida de Israel que sigue masacrando al pueblo Palestino. Sigamos sembrando la esperanza, triunfaremos.
P. Luis Barrios
Iglesia de Santa María
New York, New York
lbarrios@jjay.cuny.edu
23 de enero de 2009
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