domingo, 8 de febrero de 2009

RE: La otra memoria...

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☻foro de Ley de Acoso☺

Date: Sun, 8 Feb 2009 23:56:01 +0100
Subject: La otra memoria...
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To: controversias@sport890.com.uy

EL ASESINATO DE MATÍAS MONTERO, UNA MUERTE A TRAICIÓN.

ASESINADO POR PENSAR DISTINTO. UN ASESINATO SIN LEY PERO EN NUESTRA MEMORIA.

Haciendo frente a la demagogia que aglutina la mal llamada "Ley de la Memoria Histórica", recordamos los hechos acontecidos hace 75 años y por los que, a otro gran hombre que vio nacer España, se le ha borrado de nuestra historia académica.

Al igual que José Antonio Primo de Rivera, Matías Montero nunca manchó sus manos con sangre. Fue un estudiante que cometió el 'pecado' de ser patriota, de ser falangista y por ello murió: asesinado por militantes socialistas. No estamos hablando de un suceso de la Guerra Civil Española, sino acontecido el 9 de febrero de 1934.

Matías Montero

Matías Montero fue estudiante de medicina. Ingresó en las filas de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalistas (J.O.N.S.) de Ramiro Ledesma Ramos, atraído por la publicación "La Conquista del Estado". En 1933, contando con tan sólo 20 años, se convirtió en uno de los primeros afiliados de Falange Española, uno de los más entusiastas, participando no sólo en la redacción del semanario: "FE", sino también en su distribución, motivo por el cual o tan sólo por leerlo, morirían a tiros en las calles españolas, jóvenes como: Francisco de Paula San Pol o Vicente Pérez, durante la "gloriosa etapa de la República".

José Antonio Primo de Rivera en el entierro de Matias Montero

Fue miembro de un sindicato universitario, creado por el partido: el Sindicato Español Universitario (SEU), al cual el Ministerio de Gobernación le pondría mil y una trabas.

Era el anochecer del día 09 de febrero de 1934, cuando Matías Montero, tras participar en la venta del número 6 de "FE" y despedirse de sus camaradas, cuando dos personas estaban aguardando para darle muerte: en un dos contra uno y con sendos disparos por la espalda, encontró la muerte el joven falangista, siendo rematado por tres disparos más, en el suelo.

Se supo el nombre de uno de los dos asesinos: Francisco Tello Tortajada; obrero afiliado al PSOE y a las Juventudes Socialistas, así como integrante de "Vindicación", grupo comandado por Santiago Carrillo. El propio José Antonio Primo de Rivera, abogado de profesión y Fundador de Falange Española de las J.O.N.S., sería el abogado de la acusación particular contra el Tello.

Éste fue condenado a 23 años y 3 meses de prisión, que no cumplió, al verse beneficiado por la amnistía promulgada en 1936 por los izquierdistas del Frente Popular.

Al día siguiente, el 10 de febrero de 1934, el cuerpo de Matías Montero recibió sepultura cristiana. Varios centenares de falangistas y casi un millar de amigos y simpatizantes acudieron a su entierro en la Sacramental de Santa María (Madrid).

José Antonio Primo de Rivera, ante la tumba abierta de Matías, pronunciaría estas breves palabras:

«Aquí tenemos, ya en tierra, a uno de nuestros mejores camaradas. Nos da la lección magnífica de su silencio. Otros, cómodamente, nos aconsejarían desde sus casas ser más animosos, más combativos, más duros en las represalias. Es muy fácil aconsejar. Pero Matías Montero no aconsejó ni habló: se limitó a salir a la calle a cumplir con su deber, aun sabiendo que probablemente en la calle le aguardaba la muerte. Lo sabía porque se lo tenían anunciado. Poco antes de morir dijo: "Sé que estoy amenazado de muerte, pero no me importa si es para bien de España y de su causa". No pasó mucho tiempo sin que una bala le diera cabalmente en el corazón, donde se acrisolaba su amor a España y su amor a la Falange»

"¡Hermano y camarada Matías Montero y Rodríguez de Trujillo! Gracias por tu ejemplo".

"¡Qué Dios te dé su eterno descanso y a nosotros nos niegue el descanso hasta que sepamos ganar para España la cosecha que siembra tu muerte".

"Por última vez: Matías Montero y Rodríguez de Trujillo".

Todos los asistentes, ante la invocación postrera del nombre del camarada caído, contestan "¡Presente!", alzando sus brazos en forma de saludo romano.

Entre las ropas del cadáver de Matías, se escondía un artículo titulado "Las flechas de Isabel y Fernando", que había escrito para la revista "FE". En él trazaba las líneas para conseguir una "Universidad limpia de pasiones, bloque compacto de profesores y estudiantes, que marche entusiasta en pos de la cultura al servicio de la Patria".

A día de hoy, ni siquiera la mitad de los españoles, conocen la historia del 'Yugo y las Flechas', del 'Águila de San Juan' y no digamos, la de Matías Montero.





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